Error
Nunca debía haber entrado allí.
Pero ahora no había marcha atrás.
No le quedaban fuerzas para seguir corriendo.
Se había perdido entre los callejones, pero aún escuchaba pasos a su espalda.
Tropezó y cayó de rodillas al suelo mientras lloraba.
Delante sólo había una pared.
Detrás, una sombra y oscuridad.